INCONTINENCIA URINARIA: CÓMO ABORDARLA EN PERSONAS CON DETERIORO COGNITIVO

En el día a día de nuestra asociación, nos encontramos con usuarios que comienzan a tener problemas de incontinencia urinaria, pero qué es la incontinencia urinaria? Es la pérdida involuntaria de orina, es decir, la pérdida del control de la vejiga o la incapacidad de controlar la micción. Puede variar desde un problema menor hasta algo que afecta en gran medida a la vida diaria. En cualquier caso, puede mejorar con un tratamiento adecuado.

¿Cuáles son los síntomas de los problemas de control de la vejiga?

Las señales y los síntomas de la incontinencia urinaria pueden incluir:

  • Escape de orina durante las actividades cotidianas, como levantar objetos, agacharse, toser o hacer ejercicio
  • No poder contener la orina después de sentir una necesidad repentina y fuerte de orinar
  • Escape de orina sin previo aviso ni urgencia
  • No poder llegar al baño a tiempo
  • Orinarse en la cama durante la noche
  • Escape de orina durante las relaciones sexuales

¿Cuáles son las causas de incontinencia urinaria?

Existen diferentes factores de riesgo que pueden precipitar o agravar la incontinencia urinaria.

  • Genética. Algunas personas nacen con una musculatura del suelo pélvico más débil o más susceptible de debilitarse y por ello existe mayor probabilidad de padecer incontinencia si hay antecedentes familiares. 
  • Embarazo. Las hormonas liberadas durante el embarazo relajan los tejidos y producen un estiramiento de los músculos del suelo pélvico. Además, el aumento de peso a medida que crece el bebé, afecta a la musculatura del suelo pélvico a la hora de mantener la función de continencia de manera óptima.
  • Parto. Durante el parto, los músculos del suelo pélvico que sostienen a la vejiga, la vagina y el recto, sufren el máximo estiramiento posible debido a la presión que ejerce sobre ellos la cabeza del bebé al descender hasta salir por la vagina. En algunas mujeres estos músculos y los tejidos que los rodean, pueden quedar más laxos de forma permanente, y debilitar estas estructuras que dan lugar a la incontinencia urinaria y anal.
  • Menopausia. En esta etapa de la vida, debido al cambio hormonal, se pueden producir diferentes cambios que precipiten o agraven los síntomas de la incontinencia y de los demás problemas de suelo pélvico.
  • Cirugía ginecológica. Una cirugía ginecológica, como una extirpación del útero (histerectomía), cirugía de próstata u otros procedimientos terapéuticos a nivel de la pelvis, como la radioterapia, pueden ocasionar alteraciones de los nervios o de las estructuras anatómicas que mantienen la continencia. Estas variaciones pueden precipitar o agravar los síntomas de la incontinencia urinaria o provocar una sensación de bulto en los genitales por el descenso de los órganos pélvicos (prolapso).
  • Obesidad. Está demostrado que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para la incontinencia urinaria por esfuerzo, debido al incremento de presión dentro del abdomen y, por tanto, sobre la vejiga. Este efecto también puede contribuir a la aparición o empeoramiento de otros problemas relacionados con el suelo pélvico, como el descenso de los órganos pélvicos (prolapso) o la incontinencia urinaria por urgencia.
  • Estreñimiento crónico. El aumento de los esfuerzos abdominales para conseguir la correcta evacuación, ejerce presión sobre las estructuras pélvicas y distensión sobre la musculatura del suelo pélvico, lo que provoca que se debilite.
  • Tabaco. Existe la evidencia de que el tabaco es un factor de riesgo para la incontinencia urinaria de esfuerzo, ya que su consumo habitual favorece la aparición de tos crónica y esta provoca un aumento de presión abdominal.
  • Estimulantes vesicales. La ingesta desmesurada de algunas sustancias (cafeína, bebidas alcohólicas, gaseosas y con edulcorantes) producen una estimulación excesiva de la vejiga, la cual empeora los síntomas de urgencia miccional y aumentan las ganas de ir al baño.
  • Esfuerzos físicos. Algunas de las conductas que se realizan durante el día suponen hacer esfuerzos físicos repetidos, ya sea en el trabajo, aficiones, postura corporal, etc. Esto condiciona un aumento de presión abdominal y sobrecarga de las estructuras del suelo pélvico, lo que puede precipitar o agravar los síntomas de incontinencia de esfuerzo. Tienen más riesgo, las personas que practican deportes de impacto, deportes de parada y arranque, pesas, flexiones, etc.

¿Cuáles son los tipos de incontinencia urinaria?

Hay varios tipos diferentes de incontinencia urinaria. Cada tipo tiene diferentes síntomas y causas:

  • Incontinencia de esfuerzo: Ocurre cuando el estrés o la presión sobre la vejiga le hacen perder orina. Esto puede pasar al toser, estornudar, reír, levantar algo pesado o realizar actividad física. Sus causas incluyen debilidad de los músculos del piso pélvico y una vejiga fuera de su posición normal.
  • Incontinencia de urgencia: Ocurre cuando se tiene una fuerte necesidad (urgencia) de orinar y algo de orina se escapa antes de que pueda llegar al baño. A menudo se relaciona con una vejiga hiperactiva. La incontinencia de urgencia es más común en personas mayores. A veces, puede ser un signo de una infección de las vías urinarias. También puede ocurrir en algunas afecciones neurológicas, como esclerosis múltiple y lesiones de la médula espinal.
  • Incontinencia por rebosamiento: Ocurre cuando la vejiga no se vacía por completo. Esto hace que quede demasiada orina en la vejiga. Su vejiga se llena demasiado y pierde orina. Esta forma de incontinencia urinaria es más común en los hombres. Algunas de sus causas incluyen tumores, cálculos renales, diabetes y ciertos medicamentos.
  • Incontinencia funcional: Ocurre cuando una discapacidad física o mental, problemas para hablar o algún otro problema le impide llegar al baño a tiempo. Por ejemplo, una persona con artritis puede tener problemas para desabrocharse los pantalones, o una persona con Alzheimer o deterioro cognitivo puede no darse cuenta de su necesidad de programar sus visitas al baño.
  • Incontinencia mixta: Significa que tiene más de un tipo de incontinencia. En general, es una combinación de incontinencia de esfuerzo y de urgencia.
  • Incontinencia transitoria: Es una pérdida de orina causada por una situación temporal (transitoria) como una infección o un nuevo medicamento. Una vez que se elimina la causa, la incontinencia desaparece.
  • Mojar la cama: Es la pérdida de orina durante el sueño. Esto es más común en niños, pero a los adultos también les puede ocurrir.
  • Mojar la cama es normal para muchos niños. Es más común en varones. A menudo, mojar la cama no se considera un problema de salud, especialmente cuando es hereditario. Pero si aún ocurre con frecuencia a los 5 años o más, puede deberse a un problema de control de la vejiga. Esto podría deberse a un desarrollo físico lento, una enfermedad, la producción de demasiada orina por la noche u otro problema. A veces hay más de una causa
  • En los adultos, las causas incluyen algunos medicamentos, cafeína y alcohol. También puede ser causada por ciertos problemas de salud, como diabetes insípida, una infección del tracto urinario, cálculos renales, agrandamiento de la próstata y apnea del sueño.

TRATAMIENTO

El tratamiento de la incontinencia urinaria depende del tipo de incontinencia, la gravedad y la causa subyacente. Probablemente se necesite una combinación de tratamientos. Si una afección subyacente está causando los síntomas, el médico primero tratará esa afección.

El médico puede recomendar tratamientos menos invasivos para comenzar y pasar a otras opciones si estas técnicas no te ayudan.

Técnicas conductuales

El médico puede recomendar lo siguiente:

  • Entrenamiento de la vejiga, para retrasar la micción después de que sientes la necesidad de orinar. Puedes comenzar tratando de contenerla durante 10 minutos cada vez que sientas la necesidad de orinar. El objetivo es prolongar el tiempo entre las idas al baño hasta que orines solamente cada 2,5 y 3,5 horas. En el caso de las personas con deterioro cognitivo que ya no tienen la capacidad para gestionar las visitas al baño, tendrá que ser el cuidador el que tenga que intentar que la persona aguante esos 10 minutos desde que dice que quiere ir al baño hasta que lo hace. ¿Pero cómo podemos conseguir esto? Podemos intentar entretenerle con otra actividad antes de ir al baño, como por ejemplo recoger la mesa, doblar ropa, etc. (actividades que pueda realizar sentado o que no necesiten un esfuerzo físico o tener que agacharse y levantarse).
  • Orinar dos veces, como ayuda para aprender a vaciar la vejiga lo más posible para evitar la incontinencia por rebosamiento. Orinar dos veces significa orinar, y luego esperar unos minutos e intentarlo nuevamente. En el caso de que sea el cuidador el que tenga que estar pendiente de que la persona con deterioro cognitivo realice esta acción, puede ser de ayuda darle una revista o un dispositivo electrónico mientras se sienta en la taza del váter. En el caso de los hombres, también se recomienda que se sienten en el váter ya que también ayudará a los problemas de próstata.
  • Horarios programados para ir al baño en lugar de aguardar hasta tener la necesidad de ir. Se recomienda programar las visitas durante dos horas o dos horas y media. En caso de que la persona no sea capaz de gestionar estas visitas, será el cuidador el que tenga que planificarlas.
  • Control de los líquidos y la alimentación, para recuperar el control de la vejiga. Es posible que haya que limitar o evitar el alcohol, la cafeína y los alimentos ácidos. Reducir el consumo de líquidos, bajar de peso o aumentar la actividad física también pueden aliviar el problema. Hay que tener en cuenta también ciertos medicamentos que pueden hacer que aumente la cantidad de orina (medicamentos para la tensión, para la retención de líquidos, etc.), por ello procuraremos tomarlos por la mañana (siempre consultando al médico). También tenemos que tener en cuenta evitar alimentos diuréticos como pueden ser la piña, ajo, remolacha, sandía, pepino, pera, papaya, manzana, espárragos, apio, perejil, tomate, alcachofa, berro, entre otros.

Ejercicios para fortalecer los músculos del suelo pélvico

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que rodean la parte inferior de la cavidad abdominal. En ella se encuentran los órganos pélvicos que son, a rasgos generales, la vejiga, la uretra, el recto y, en el caso de las mujeres, el útero y la vagina. En el de los hombres habría que cambiar estos últimos por la próstata y       los testículos, por ejemplo.

La función del suelo pélvico es la de sostener esos órganos que se ubican en el interior de la pelvis. Cuando se debilita, la tensión necesaria para ofrecer dicha sujeción desaparece y se producen diversos problemas de salud en la zona.

  • Ejercicios para fortalecer el suelo pélvico

Ejercitar a diario la musculatura del suelo pélvico mediante ejercicios de bajo impacto (bicicleta, natación o elíptica, por ejemplo) es fundamental para prevenir el debilitamiento de la musculatura pélvica. Sin duda, los abdominales hipopresivos son los más efectivos en este sentido.

El médico puede recomendarte también realiza ejercicios de Kegel que son especialmente eficaces para la incontinencia de esfuerzo, pero también pueden ser útiles para la incontinencia urinaria por urgencia.

Medicamentos

Los medicamentos que suelen utilizarse para tratar la incontinencia suelen ser variados y suelen ser anticolinérgico, alfabloqueadores, estrógeno tópico, etc.

Estimulación eléctrica

Se introducen temporalmente electrodos en el recto o la vagina para estimular y fortalecer los músculos del suelo pélvico. La estimulación eléctrica suave puede ser efectiva para la incontinencia de esfuerzo y la incontinencia imperiosa, pero es posible que necesites múltiples tratamientos durante varios meses.

Dispositivos médicos

Existe un amplio abanico de dispositivos entre los que podemos mencionar los oclusores uretrales, los pesarios, etc.

Cirugía

Cuando los tratamientos anteriores no dan resultado, existen varios procedimientos quirúrgicos que pueden tratar los problemas que causan la incontinencia urinaria como el cabestrillo pélvico, la suspensión del cuello de la vejiga, la cirugía de prolapso o esfínter urinario artificial.

Compresas absorbentes y vestimenta protectora

Si los tratamientos médicos no pueden eliminar la incontinencia, puedes probar productos que ayudan a aliviar la molestia e incomodidad de la pérdida de orina:

  • Compresas. La mayoría de los productos no son más abultados que la ropa interior normal y pueden usarse cómodamente debajo de la vestimenta diaria. Los hombres con problemas de goteo de orina pueden usar un recolector de gotas (un pequeño bolsillo de compresa absorbente que se coloca sobre el pene y se mantiene en su lugar con ropa interior ceñida).
  • Bragas para incontinencia urinaria. Son como unas bragas normales pero absorbentes, que pueden ser útiles en aquellos casos en los que la persona con deterioro cognitivo manipula las compresas o los pañales y se los quitan. Para pequeñas pérdidas de orina.
  • Bragapañal. Para aquellos casos en los que la pérdida de orina es más abundante pero no toleran o aceptan el uso del pañal.
  • Pañal. Recomendado en aquellos casos en los que la persona no manipule el pañal y haya incontinencia doble.

Hay que tener en cuenta que cuando se comienza a usar este tipo de productos hay que aumentar la higiene de la zona y mantenerla seca el mayor tiempo posible para evitar posibles infecciones.

Isabel Collado, Terapeuta Ocupacional de AFAMSO

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