¿Cuándo dejar de conducir?

Con la llegada del verano empezamos a pensar en las vacaciones. Una de las formas de viajar es el coche y algunos de nuestros usuarios todavía lo siguen usando pero, ¿hasta cuándo?

Conducir se convierte en una actividad bastante automatizada cuando se realiza de forma habitual pero conlleva una serie de capacidades como la visopercepeción, coordinación visomotora, agilidad en la velocidad de procesamiento de la información, memoria de trabajo, toma de decisiones y memoria. 

La pérdida de capacidades que conlleva una enfermedad neurodegenerativa supone un riesgo para la seguridad y ese será el momento para dejar el coche. ¿Cómo saber si esa pérdida de capacidades ha llegado?  Algunas señales de advertencia serían:

  • Desorientarse en recorridos o lugares habituales.
  • Dudar con frecuencia a la hora de tomar las salidas.
  • Llevar una velocidad no apropiada.
  • Distraerse fácilmente mientras conduce con la música, la radio o la conversación.
  • Reaccionar inadecuadamente ante situaciones inesperadas.
  • Confundirse con las señales de tráfico.
  • Ponerse más irritable cuando va conduciendo.
  • Provocar algún desperfecto o accidente.
  • Aumentar las multas de tráfico.
  • Tener dificultades al hacer maniobras de giro o aparcar.
  • Confundir los pedales.

Algunas personas son conscientes de esa pérdida de capacidades y ellas mismas renuncian a seguir conduciendo. Sin embargo, otras niegan tener un problema, sobreestiman sus capacidades, ponen excusas o echan la culpa a otros de sus problemas de conducción.

Afrontar el tema no es sencillo ya que supone una pérdida de independencia y de control para la persona. Es especialmente difícil cuando la persona ha estado trabajando en actividades relacionadas con la conducción. No obstante, sería conveniente sacar el tema con tiempo para conocer cuál es la postura del afectado e intentar que asuma poco a poco su incapacidad para conducir. Para ello habrá que utilizar varias estrategias, en función de la situación familiar, teniendo en cuenta que no hay un único camino para lograr que nuestro familiar sea consciente de la situación. 

Algunas pautas que pueden servirnos como guía son las siguientes:

  • Pregunta lo que supone no poder conducir. Muestra tu apoyo y empatiza, ya que es un duro golpe para él/ella.
  • A la hora de argumentar usa un tono tranquilo, razonable e informativo. Es mejor que sean intervenciones cortas en diferentes momentos para que la persona pueda ir interiorizando el mensaje que quieres trasladar.
  • Comenta los beneficios de usar otros medios de transporte: no tener problemas para aparcar, atascos, ahorro de gasolina, tarjeta de abono transporte gratuita…
  • Disminuye la necesidad de usar el coche. Pide, por ejemplo, que te lleven la compra a casa.
  • Involucra a la persona con deterioro cognitivo leve a planificar el nuevo trayecto.
  • Implica a familiares y amigos: para ir al médico, a eventos sociales, para valorar las señales de alerta.
  • Se puede hacer una transición gradual y establecer una serie de limitaciones como: sólo recorridos a los que esté muy acostumbrado, por carreteras conocidas y poco transitadas, siempre de día y con buen tiempo. 
  • Si el afectado se niega a dejar de conducir solicita el apoyo del profesional de atención primaria o del neurólogo/a. 

El Real Decreto 818/2009 determina que cualquier demencia, trastorno amnésico o cognoscitivo supone un no apto a la hora de obtener o prorrogar el carnet de conducir. De manera excepcional, y con un informe favorable de un neurólogo, se puede obtener una prórroga del permiso de conducir como máximo de un año. En este caso también se podrían aplicar otras restricciones, como limitar la velocidad a 80, 90 o 100 kms/h, o conducción limitada a un radio de 5, 10, 15 o 20 kms de su domicilio.

Hay centros de reconocimientos psicotécnicos que tienen en cuenta la opinión que transmiten los familiares. Si se sabe cuál es el centro al que va a acudir la persona con deterioro cognitivo para intentar renovar el carnet, se les puede avisar. Estos centros recomiendan acudir a la DGT para comunicar la situación en el caso de que apruebe el psicotécnico ocultando información.

Renunciar a conducir es un tema delicado pero es un acto de amor y responsabilidad que demuestra tu compromiso con la seguridad de tu familiar y la de todos.

María José Santos
Psicóloga de AFAMSO


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