El ocio en el adulto mayor, ha de apreciarse como algo más allá de lo simplemente personal, ha de verse más bien como una actividad que puede crear unas condiciones que mejoran la calidad de vida y contribuye al desarrollo de estilos de vida más saludables y autónomo. La participación en actividades de ocio nos da la oportunidad de relacionarnos con otros, de mejorar nuestra condición física y de mantenernos ocupados en tareas gratificantes.
A partir de la jubilación y de que las obligaciones disminuyen empieza a aparecer más tiempo libre que en ocasiones se desconoce cómo emplearlo, en qué tipo de actividades, dónde acudir para realizarlas y qué beneficios puede conllevar hacerlas.
Si a todo esto se le suma la aparición de una enfermedad que afecta en su día a día, cómo podría ser una demencia, este desconocimiento se agrava y parece que se pierde la capacidad de realizarlas, lo que conlleva muchas veces el abandono de actividades de ocio que anteriormente le resultaban gratificantes.
Sin embargo, hay que seguir intentando disfrutar de momentos de entretenimiento y para ello os vamos a orientar sobre qué tipo de actividades se pueden llevar a cabo con un poco de ayuda y acompañamiento.
¿Qué debemos tener en cuenta? en primer lugar planificaremos la actividad de forma realista y la ajustaremos a las capacidades de la persona afectada. Tomaremos nosotros la iniciativa y adaptaremos nuestras propuestas a sus gustos y/o intereses.
A continuación os recopilamos algunos ejemplos de actividades que se podrían realizar.
Actividades sedentarias.
- Leer un libro, periódico o revista. Siempre les ayudará un ambiente tranquilo, con buena iluminación y pocos elementos distractores. Si bien cada vez se les hará más difícil seguir el hilo argumental de un libro, para evitarlo podemos cambiarlo por cuentos o leyendas cortas que pueda leer de una vez.
- Coser, bordar, hacer manualidades. Si son actividades que realizaba anteriormente puede ser recomendable que continúe haciéndolas, realizando siempre una selección previa para no caer en el error de proponer una actividad difícil que les cause rechazo. Algunos ejemplos podrían ser recortar, modelar con arcilla, cestería básica, coser y realizar pequeños arreglos en la ropa o hacer punto con dos agujas ( agujas de diámetro grande y punto simple).
- Juegos de mesa: Los juegos de mesa pueden ser un gran aliado para trabajar de forma lúdica y social numerosas capacidades cognitivas así cómo su motricidad fina. Juegos cómo el parchís, el dominó o las cartas trabajan capacidades tales cómo la atención, memoria, percepción o concentración entre otras. En estas actividades, cómo en las anteriores, debemos tener en cuenta sus gustos previos, es decir, si nunca le ha gustado jugar a las cartas ahora no es el momento de intentar que aprenda un nuevo juego o que sus gustos cambien.
- Pasatiempos: los pasatiempos en sí son ejercicios cognitivos que les ayudan a mantener activa la mente y a potenciarla. Las sopas de letras, los sudokus, los laberintos o los crucigramas son ejemplos de juegos entretenidos que se pueden seguir realizando teniendo siempre en cuenta la premisa de adecuar su nivel de dificultad.
- Cocinar: No hay que asombrarse de que cocinar, que es una actividad que muchas personas realizan de forma cotidiana y rutinaria durante muchos años, pueda ser para algunas de ellas una fuente de alegría y disfrute. Para poder desarrollarla habrá que simplificar la tarea y acompañarlos para darles seguridad. Según el grado de deterioro que tenga la persona, podrá desde elaborar un menú completo, hasta colaborar en pelar alimentos o en separar distintas legumbres.
Actividades dinámicas:
- Ejercicio: Realizar ejercicio físico diario promueve un hábito de vida saludable y su importancia se acentúa en esta etapa. El deporte les ayuda a mantenerse activos, en buen estado de salud físico y psicológico, eleva su autoestima, les permite ser autosuficientes durante mucho más tiempo, les otorga autonomía en su vida diaria, les ayuda a liberar tensiones y a dormir mejor.
- Hay muchos deportes que se pueden realizar comenzando por salir, sencillamente, a caminar por la calle. Montar en bicicleta, hacer senderismo, apuntarse a natación, bailar o practicar pilates son actividades suaves que les permiten mantenerse en forma y relacionarse con los demás en su día a día.
- Ocio cultural: Mantenerse activo y mostrar interés por el mundo de la cultura es muy enriquecedor. En este tipo de ocio hay que tener especialmente en cuenta sus gustos y saber de antemano cuánto tiempo requiere cada actividad y si se adapta a nuestras necesidades ( si el museo tiene sitios para poder sentarnos, si hay posibilidad de salir de forma discreta si se hiciera larga una función teatral…). Museos, teatros, conciertos o cine podrían ser algunas de las opciones.
- Viajar: Desde grandes viajes internacionales a excursiones a zonas cercanas a su domicilio, viajar puede ser otra actividad dinámica muy interesante y completa ya que suelen llevar implícito pasear, visitar museos o monumentos y relacionarnos socialmente.
No obstante, hay que tener en cuenta que lo que para nosotros puede ser un atractivo ( cambiar de aires, romper nuestra rutina…) para una persona con demencia le puede suponer un sobreesfuerzo llegando a ser desaconsejable. Un viaje puede suponer que una persona ya de por sí con problemas de orientación, se desoriente aún más o que nos encontremos problemas a la hora de desarrollar sus actividades diarias ( asearse, comer…) por el cambio de rutinas.
Cada persona es diferente y la evolución de la enfermedad tiene muchas etapas, por lo cual, antes de emprender o no un viaje hace falta comprender la situación en la que se encuentra la persona y decidir en función de su estado. Si la persona se encuentra en una fase leve, viajar no tendría que ser un problema, siempre que vaya acompañada y se planifique correctamente el desplazamiento.
Por tanto, a pesar del diagnóstico de demencia, es muy importante continuar llenando nuestro tiempo de actividades de ocio por ser un buen dinamizador emocional, que puede reforzar el sentimiento de “utilidad” ( sigo pudiendo hacerlo). También porque a través de ellas descansamos, nos divertimos, nos relacionamos con los demás y mejoramos nuestra condición física y cognitiva.
Cuídate, disfruta de tu tiempo de ocio y llena tu vida de momentos especiales compartiendo estas actividades con vuestros familiares y amigos.
Elena Rodríguez Moya
Terapeuta Ocupacional AFAMSO