Nuestros usuarios acuden varias horas semanales a nuestras actividades y, tras el trabajo que hacemos en nuestras sedes, suelen surgir las mismas preguntas ¿Con esto sería suficiente? ¿Podemos/debemos seguir trabajando en casa?
Estas dudas también nos las remiten los familiares y cuidadores, ya que quieren ayudar en todo lo posible a enlentecer el avance de la enfermedad.
A esto le sumamos que existen publicaciones de todo tipo con consejos y actividades de estimulación cognitiva al alcance de todos, lo que nos incita a llevarlas a cabo sin ningún tipo de asesoramiento. No obstante, hay que tener en cuenta que, al ser actividades que no han sido seleccionadas y administradas por profesionales, pueden provocar reacciones negativas como la frustración y no conseguir los beneficios para lo que han sido diseñadas.
Por tanto, este artículo no tiene como objetivo proponer actividades que interfieran o sustituyan la labor de ningún profesional y, en todo momento, os instamos a que pidáis ayuda y orientación para poder optimizar sus beneficios y reducir sus posibles efectos negativos.
¿Qué beneficios tiene la estimulación cognitiva?
La estimulación cognitiva promueve que nuestras capacidades cognitivas se mantengan el mayor tiempo posible en las condiciones más óptimas.
A su vez, fomenta que la persona sea más independiente, aumenta su participación social, su calidad de vida y su bienestar emocional.
¿Podemos entonces realizar actividades de estimulación cognitiva en casa?
Por supuesto. Es factible realizar diversas actividades en casa para estimular a nuestros seres queridos o a nosotros mismos, sin la necesidad de contar con materiales o conocimientos especializados, pero siempre teniendo en cuenta una serie de aspectos importantes:
- Seleccionar siempre actividades que se adapten a la PERSONA, intentando evitar al máximo su frustración.
- Centrarnos siempre en el DISFRUTE y no en el resultado de la actividad.
- Fijarnos en los GUSTOS e INTERESES de la persona y también en el MOMENTO del día que creamos a que es más apropiado para que sean tareas siempre agradables.
- Tenemos que ser conscientes de las posibles LIMITACIONES SENSORIALES de la persona (vista, oído, percepción….) y ofrecer la ayuda que creamos necesaria.
- Estar atentos por si aparecen señales de CANSANCIO para poder así graduar el TIEMPO o el NIVEL de dificultad de las actividades.
¿Qué actividades podemos hacer?
En nuestro día a día muchas de nuestras rutinas podrían servirnos como actividades de estimulación. Actividades diarias tan simples como cocinar, coser, jugar a juegos de mesa (dominó, parchís, cartas…), hacer manualidades, pasatiempos, leer la prensa o incluso cuidar a los nietos pueden ayudar a mantener nuestra mente despierta.
Aparte de estas actividades diarias, se pueden llevar a cabo algunas tareas un poco más específicas con las que poder estimular y fomentar sus capacidades. La siguiente propuesta de actividades está diseñada de forma general pero, como os hemos comentado antes, es muy importante ajustar el nivel de las tareas a la persona que las vaya a realizar.
Es crucial recordar que este documento no reemplaza la asistencia de un profesional. Debe ser considerado como un complemento o una medida preventiva para poder trabajar desde casa.
Propuesta de actividades:
- Puzles o rompecabezas (empezando siempre por puzles más básicos y sencillos y desde ahí ir poco a poco subiendo el número de piezas y dificultad para evitar la frustración).
- Juegos de palabras: palabras que empiecen por una letra determinada, palabras de una categoría (animales, flores, países o profesiones, por ejemplo), palabras encadenadas, objetos más grandes o más pequeños que otros, juego del ahorcado…
- Recordar refranes o frases hechas y buscar su significado.
- Calculo sencillo como sumas o restas mentales (sumar por la calle matrículas de los coches o números de portales).
- Ordenar barajas de cartas o clasificarlas por palos o colores.
- Emparejar fotografías de familiares o clasificarlas y ordenarlas.
- Separar legumbres.
- Cuidar plantas, jardines y/o pequeñas mascotas.
- Escuchar canciones antiguas, cantarlas, entender su letra e intentar recordar alguna anécdota relacionada con estas.
- Mirar a diario el calendario tachando los días que pasan y apuntando citas y eventos futuros.
- Noticias de prensa: Tachar una letra determinada de una noticia, leerlas o escucharlas para luego poder comentarlas.
- Con folletos de publicidad: que busque algún alimento determinado, que diga cuántas cosas se podrían comprar con una cantidad determinada de dinero, que busque qué es lo más caro o barato.
- Ordenar alfabéticamente una lista de palabras o nombres.
- Deletrear palabras y /o explicar su significado.
- Enumerar los pasos que seguimos para ejecutar una tarea sencilla como podría ser coser un botón o hacer una tortilla.
- Planificar el día o la semana.
- En personas religiosas se pueden incluir oraciones, rezos o canciones religiosas.
No debemos olvidar la parte física y evitar en todo lo posible el sedentarismo. Ya sea en un gimnasio, en nuestro domicilio, por nuestra cuenta o con un instructor, una vida activa físicamente siempre contribuirá a una mejor calidad de vida a corto y a largo plazo.
Aprovechando que se acerca la primavera y su clima agradable, es vital disfrutar al aire libre y socializar. Pasear, montar en bicicleta, hacer turismo o charlar con amigos en un parque pueden ser algunas actividades muy gratificantes que se pueden hacer en el exterior.
También se pueden incorporar nuevas tecnologías como tablets o móviles que disponen de juegos y aplicaciones que pueden ser atractivas para ellos a la vez que trabajan distintas capacidades.
En conclusión, si seguimos los consejos anteriores para mantener la mente y el cuerpo activos, si procuramos una alimentación equilibrada y si propiciamos las relaciones sociales, conseguiremos un cerebro saludable y mejoraremos sustancialmente nuestra calidad de vida.
Elena Rodríguez Moya
Terapeuta Ocupacional AFAMSO